Las crisis son momentos de crecimiento, todos conocemos esa leyenda urbana que afirma que cuando los niños enferman siempre es debido a que van a dar un estirón, hasta cuando te mueres dicen que das el último estirón y qué mayor crisis que la muerte.
No obstante mi amiga es alguien que ha llevado las crisis sin mucha pena ni gloria. En los peores momentos de su vida tampoco ha supuesto para ella mayor problema, lo que no mata engorda o te hace fuerte y cuando ya lo eres tampoco te importa mucho que aquellos que te deberían apoyar no lo hagan o no los sientas tan cerca como has creído que te merecías. No importa porque el mayor tesoro que podrías tener eres tú misma y tu capacidad de readaptación.
Pero eso no significa que no estemos hartos de ver como en este puñetero mundo cualquier persona echa mano de los antidepresivos para superar etapas que ni de lejos se parecen a lo que quizás mi amiga tuvo que vivir. Este mismo medio día en el programa de buena ley ha habido un caso de una mujer maltratada, la mujer se veía destrozada, temblaba, lloraba ... He de decir que mi amiga debe ser de acero porque, ni siquiera yo, he tenido la oportunidad de verla destrozada a ese nivel.
Si embargo ayer, mi amiga era incapaz de dejar de llorar, tanto ayer como hace unos días. Y como es alguien que no deja de darle vueltas a la cabeza, al final recordó que llevaba ya muchos meses sin tomar unas pastillitas homeopaticas que contrarrestan los desastrosos efectos colaterales de la menopausia. Y sí, llevaba muchos meses sin tomárselos porque el sexo había estado haciendo las veces de medicamento.
Y es increible que a su alrededor nadie entienda que ella "ya no es la misma". Fernando le increpaba ayer por la mañana cuando le decía que lo mirara por donde lo mirara no encontraba la manera de salir, que no parecía ella. Y Julia la ignoraba un poco por la tarde porque para ella esto no era para tanto. Y es normal porque ni Fernando podrá entender nunca qué es la menopausia, ni Julia con 38 puede entender que esa energía sexual que tanto le ayuda a ""!!vivir!!" un día va a desaparecer y se va a sentir tan "mierda" como mi amiga. Y sí ni siquiera mi amiga es consciente que todo este cambio tan presente ya, puede revolcarle la vida con tanta fuerza como para no saber afrontar algo tan fácil como es vivir.
Quizás su cuerpo que sí que sabe lo que le pasa busca desesperadamente aquello que durante tantos meses le ha hecho olvidar que tenía que depender de una pastilla para evitar gimotear por las esquinas. Y posiblemente en su supervivencia a su cuerpo le ha importado una mierda que semejante insensible no le convenía nada, porque lo que su cuerpo quería era sentirse "bien" y con él lo conseguía por mucho que después todos los desprecios la hacían sentir morir.
Por eso cree ella, ya más serena que esa horrible sensación de estar perdiendo la vida cuando decidía terminar una relación tan enfermiza venía de esa parte instintiva que nos obliga a "sobrevivir" aunque para ello tengamos que "tragar" aquello que no es de nuestro agrado.
Hoy mi amiga está bien, sabe que no puede volver a olvidar algo tan importante. Vale bien que es una putada que la vida te adelante diez años los acontecimientos, !pero es lo que hay!. Pero está más tranquila, esperemos que no se le olvide más porqué siente el mundo tan distinto, porqué no es capaz de todo lo que hasta ahora había sido capaz y sobre todo que no se le olvide más tomarse la pastilla !coño!.
Si se te vuelve a olvidar la dichosa pastillita, voy y te la meto por el culo ¿estamos?
ResponderEliminar